Capítulo 8
En Café de Flore Simone de Beauvoir continúa su discusión acalorada con Jean-Paul Sartre sobre la libertad, la autenticidad y el papel de la mujer en la sociedad. Al parecer ya olvidó lo que el desconocido le presentó. El humo del cigarrillo envuelve sus rostros, mientras las palabras vuelan como dardos:
- «¡No puedo soportar más esta sociedad que nos encasilla en roles predefinidos!» -exclama Simone, con un gesto dramático-. «¡Las mujeres somos más que esposas, madres o musas de los hombres! ¡Necesitamos un espacio para expresar nuestra propia voz, nuestra propia realidad!»
Sartre, con su habitual intensidad, responde:
- «¡La libertad se conquista, Simone! No esperes que te la den. ¡Debes rebelarte contra las normas, crear tu propio camino!»
Ahora, con la confusión que genera esta Realidad Aumentada, con una mezcla de curiosidad y aprensión, los filósofos se pusieron las gafas de realidad virtual que acompañaban al dispositivo.
Un remolino de colores y sensaciones los envolvió, y de pronto se encontraron en un nuevo escenario: la antigua Grecia, frente a un templo dórico donde un grupo de filósofos discutía acaloradamente.
- «¡Heráclito! ¡Parménides!» -exclamó Sócrates con emoción-. ¡Hemos venido del futuro para hablarles de un proyecto extraordinario!
Los filósofos griegos, con miradas incrédulas, observaron a los recién llegados.
- «¿Del futuro? ¿Y qué es ese dispositivo que llevan en la cabeza?» -preguntó Heráclito con desconfianza.
- «Es una larga historia» -respondió Simone de Beauvoir con una sonrisa-. «Pero antes, queremos saber qué opinan sobre un mural digital global llamado OOO…»
Y así, el diálogo filosófico continuó, atravesando las barreras del tiempo y el espacio, con un toque de surrealismo y humor que solo la realidad virtual podía ofrecer.
El viaje temporal de los filósofos había causado más confusión que aclaraciones. Heráclito, visiblemente agitado, exclamó:
- «¡Vuestro «mural digital» es un flujo constante de imágenes, una metáfora del cambio incesante! Pero ¿cómo puede algo tan efímero representar la verdadera realidad?»
Parménides, con su serenidad inmutable, replicó:
- «¡El Ser es uno e inmutable! Vuestro mural, con su multiplicidad de imágenes, es una ilusión, una distracción del verdadero conocimiento.»
Sócrates, con su inagotable curiosidad, intervino:
- «Calma, colegas. Quizás este «OOO» tenga algo que enseñarnos sobre la naturaleza de la realidad. Pero antes, ¿podrían explicarme qué significa «OOO»?
Simone de Beauvoir, con una sonrisa irónica, respondió:
- «OOO significa «Out Of Office», fuera de la oficina, tiempo libre. Es una invitación a desconectar de la rutina y explorar nuevas formas de expresión.»
- «¡Out Of Office!» -exclamó Nietzsche con desdén-. «¿Acaso la libertad se encuentra huyendo del trabajo? ¡La verdadera libertad se conquista creando, superándose, afirmando la vida!»
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